Elecciones europeas: la cadena agroalimentaria clama por una mayor comprensión e implicación política
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La jornada “Bruselas amenaza a la cadena agroalimentaria Europea”, organizada por Agrifood Comunicación, ha reunido a varios representantes de la cadena de valor alimentaria, buenos conocedores de la política europea al ser miembros del Comité Económico y Social Europeo para hacer un análisis de los problemas que, entre otras cosas, han llevado a los agricultores de toda Europa a sacar sus tractores a las calles.
En un contexto donde la lejanía del Parlamento Europeo con la realidad del sector agroalimentario parece evidente, es crucial que los políticos comprendan la necesidad de contar con el sector para avanzar juntos en una agenda efectiva contra el cambio climático sin necesidad de sacrificar la competitividad y la productividad. En definitiva, más allá de la ideología, es el criterio científico el que debe guiar las decisiones políticas. Por lo tanto, si bien es vital cumplir con los objetivos prioritarios establecidos por la UE, es igualmente importante escuchar y tener en cuenta las necesidades y preocupaciones de la cadena de valor agroalimentaria.
Como expresó Javier Garat, director general de Cedepesca, tomando el ejemplo negativo del Brexit, “debemos apoyar a la UE, pero las políticas que se están aplicando parecen estar pensadas para crear euro-escépticos”. Es fundamental encontrar soluciones que mantengan la competitividad y la soberanía alimentaria, imposible de garantizar sin altos niveles de productividad agraria.
Felipe Medina, secretario general de ASEDAS, destacó, por su parte, la infrarrepresentación e infravaloración del comercio en el ámbito de la UE. “Es imperativo que los partidos políticos cuenten con personas con un conocimiento profundo del sector para alcanzar los objetivos compartidos de manera efectiva y sin atentar contra el modelo de cadena de distribución alimentaria, que funciona”, dijo, y expresó la necesidad de contar con organismos en la UE que se ocupen un sector que representa el 10 por ciento del PIB europeo y emplea a unos 26 millones de personas.
Por otro lado, José Manuel Roche, secretario general de UPA, señaló el error de la UE al tomar soluciones precipitadas sin considerar el impacto en el sector agroalimentario. “Es necesario un enfoque consensuado que involucre a los agricultores, quienes son los primeros interesados en abordar el cambio climático”, aseguró.
En definitiva, de los representantes que salgan de las próximas elecciones europeas se espera un mayor conocimiento sectorial y una mayor capacidad de escucha para llevar a cabo políticas efectivas que fomenten la competitividad y el crecimiento sostenible y que defienda un modelo de cadena agroalimentaria que, en sucesivas crisis, ha demostrado su resiliencia, su valor económico y social y su compromiso medioambiental.