Cómo se consume alimentación en España: hogares más pequeños, dietas más sanas y menos tiempo en la cocina
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El informe de Consumo de Alimentación en España 2023 publicado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación es una radiografía muy exacta sobre cómo es nuestra relación con la alimentación. Para los encargados de diseñar los lineales en los supermercados y los autoservicios constituye, además, una interesante fuente de información que viene a confirmar las tendencias que cada día observan en los alrededor de 16 millones de clientes que cada día atraviesan sus puertas.
El supermercado y el autoservicio es el canal preferido por los hogares para la compra de alimentación y bebidas para el abastecimiento doméstico. Si sumamos lo que el informe recoge como “tienda descuento” -lo que podemos considerar un supermercado estándar de surtido corto-, el 64,8 por ciento de los consumidores opta por este formato para adquirir alimentación. La cercanía, la conveniencia y la posibilidad de realizar una compra de alimentación e higiene completa, variada, de calidad y a precios competitivos en un solo establecimiento son los puntos fuertes de este formato.
Si ampliamos el foco, vemos, en todo caso, que la competitividad y el equilibrio entre formatos son parte del ADN de nuestra distribución alimentaria. Donde convive el formato de supermercado y autoservicio con el hipermercado (12,9% de cuota de mercado) y con la tienda especializada (responsable de distribuir el 11,9% del volumen, especialmente de alimentación fresca). El canal online representa el 2,2 por ciento de las compras totales de alimentos en España, confirmando la tendencia a la estabilidad que ya apuntaba el VIII Observatorio de Comercio Electrónico en Alimentación de ASEDAS y las universidades Complutense y Autónoma de Madrid.
Así pues, el supermercado y el autoservicio tienen una gran responsabilidad en la alimentación de los españoles. De la lectura atenta del informe del MAPA, hemos extraído algunas lecciones interesantes que nos ayudan a comprender porque nuestras tiendas son como son.
En 2023 la población española o que vive en España ha experimentado un crecimiento muy importante de casi 650.000 personas, mientras que el número de hogares se ha incrementado en un 1,3 por ciento. Eso sí, son hogares más pequeños -podríamos incluso decir que muy pequeños-. La bajada del tamaño medio del hogar es constante desde 2019, con una evolución al alza de los hogares en los que solo vive una persona (5,4 por ciento) y dos personas (1,9 por ciento) y a la baja de los que tienen 4 habitantes (-1,3 por ciento). Estos hogares hacen, por lo tanto, compras más pequeñas y requiere de cantidades adaptadas para evitar el desperdicio alimentario.
Si a este cóctel demográfico añadimos las consecuencias de la crisis inflacionista que hemos vivido, la conclusión es que el volumen de alimentación consumido dentro y fuera del hogar es inferior en un 0,7 por ciento, aunque el aumento del precio medio haya sido del 8,3 por ciento. El esfuerzo del conjunto de la cadena agroalimentaria por contener márgenes ha evitado una crisis de consumo, teniendo en cuenta que cada hogar consume menos al ser más pequeño, pero el aumento poblacional tira al alza la demanda.
Otra lección interesante es que las personas que viven en estos hogares se mantienen fieles a la dieta mediterránea -que se considera compatible con otras tendencias al alza como las dietas flexitarianas, vegetarianas y veganas- y han incrementado la demanda de alimentación fresca en un 0,3 por ciento. Las frutas frescas son las campeonas, con un consumo per capita de 78,51 kg por personas y año. Por su parte, el agua envasada -fenómeno que habrá que analizar si tiene que ver con un contexto de sequía permanente o no- y la carne son los productos que mejor han evolucionado. El pescado sigue preocupando, con una pérdida de un 2,2 por ciento en intensidad compra, aunque la demanda del fresco y de las conservas resiste un poco menor, con una pérdida del 0,5 por ciento. Por último, y como era de esperar, la demanda del aceite de girasol se incrementa por la crisis de producción que ha incrementado el precio del aceite de oliva.
Importante destacar que los españoles optan cada vez más por preparaciones a la plancha o sin cocinar/en frío. Es decir, buscan practicidad y ahorro de tiempo lo que es compatible con mantener una alimentación equilibrada, saludable y adaptada a sus necesidades dietéticas. Quizá sea esta la gran lección a la hora de ofrecer a los consumidores, desde los lineales de los supermercados, lo que estos necesitan, los famosos “drivers” o palancas de consumo.
Capítulo y aprendizaje aparte merece el consumo de alimentación fuera del hogar -con la distribución mayorista con uno de sus grandes valedores-, que en 2023 cayó un 2,5 por ciento y no alcanza aún los niveles previos a la pandemia. Como nota curiosa, cada individuo consumió fuera del hogar 110 kilos o litros de productos de alimentación, es decir, 4,3 kilogramos o litros menos que en 2022. El establecimiento es el lugar de consumo preferido, un hecho muy relacionado con el factor de socialización que tiene esta manera de consumir alimentación.